martes, noviembre 04, 2008

Las delicias del poder...

Hace unos días, un buen amigo, quién trabaja en la iniciativa privada, para ser más precisos en una empresa cervecera; es ejecutivo de relaciones públicas, su objetivo es que su compañía penetre más en el consumo de las personas, por ende, que los negocios vendan sus cervezas.

El estuvo trabajando en la zona sur del Estado de Jalisco, conoció muchos municipios y pueblos perdidos en donde tenía que compartir el pan y sal, así como bebidas espirituosas hasta no saber de él con los presidentes municipales, con los curas del pueblo y con el doctor o el profe del mismo (como si estuvieran todavía en el siglo XX), para que las ferias de los pueblos tuvieran sus cervezas de forma exclusiva; por lo tanto, ya tenía "tacto" con políticos llaneros.

Me comentó que hace un par de semanas fue a visitar (con cita agendada) a un alto funcionario del ayuntamiento capitalino. Todo un personaje el viejo... Bigote "tupido" y sin recortar, pantalón vaquero de poliester, camisa a cuadros. Mi amigo hacía antesala, en esos cuarenta y cinco minutos que hizo antesala (y eso que llegó diez minutos antes de la cita), vio desfilar mujeres, de todo sabores y colores. Él las recibía en la puerta, ellas le extendían la mano, pero nuestro personaje muy listo las jalaba de forma brusca para recibir un pequeño estímulo en la mejilla. Lo visitaban comadres por un "apoyo" (como se le dice coloquialmente a la gestoría social), él invitándolas a salir. También vio desfilar chicas jóvenes, a las que también les exigía el saludo providencial.

Todo el folclore y la parafernalia del poder. Le toca recibir a mi amigo, entra a la oficina y ve alrededor de 16 teléfonos, le pregunté que si los contó. Todos sonaban y tenía a sus asistentes, obviamente féminas, contestando dentro del privado. Atendió a mi amigo, lo escuchó brevemente antes de interrumpirlo para decirle: "Y de a como nos va a tocar...". Mi amigo le comentó de las ventajas de contar con el apoyo de la cervecería, ventajas institucionales; sin embargo, el personaje quería más...

De repente lo interrumpen para tomar una llamada, la toma y comienza a decir "A mi no me manden cosas por el aparato ese, a mi mándeme diario las tarjetitas que le mandas a tu jefe, para saber; porque luego me preguntan y no se nada; y que quieres que conteste, ¿Nada? por les diré que no sé nada..." Con el teléfono en mano y oído, los despidió, sin llegar a un acuerdo concreto...

ONLY IN MÉXICO...

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